Al analizar los datos frente a la educación en Suba, y luego de conversar con diferentes personas en la localidad, encontramos un conjunto de particularidades, como por ejemplo:

¿Sabías que Suba es la localidad en donde más colegios hay en toda la ciudad?

¿Sabías que en Suba hay colegios públicos con 500 alumnos y otros con más de 5.000?

​¿Sabías que en suba hay opciones para hacer todo el bachillerato en un año?

Son datos interesantes, pero de todos los hallazgos, podemos identificar que las principales oportunidades giran en torno a tres aspectos:

​Año tras año se presenta una brecha en el acceso a la educación superior por parte de los egresados del bachillerato.​

La pandemia impactó la educación básica, secundaria y media, tanto para los alumnos como para los colegios y sus maestros.

En Suba existe un ecosistema educativo diverso, conformado por iniciativas que van más allá de los colegios y universidades, al cual no se le está sacando todo el provecho.

​A continuación veamos los factores más relevantes sobre cada una de estas situaciones.

​SOBRE EL ACCESO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR

​El 27% de los jóvenes en la localidad pertenecen a la población definida como NI – NI, es decir que actualmente ni estudian, ni trabajan.

Cerca del 50% de los bachilleres van a la universidad. Ese porcentaje baja al 10% aproximadamente si se trata de egresados de colegios públicos.​

Las principales razones, mencionadas por los entrevistados, que explican por qué los jóvenes no van a la educación superior fueron:

​No hay presencia de la universidad pública en la localidad.

​Las familias no tienen dinero para pagar una universidad privada y a la vez la manutención de sus hijos.

Los hijos bachilleres deben empezar a trabajar para ayudar con la economía de la casa.

No hay un reconocimiento del valor de la educación superior en el contexto en el que se encuentra la familia, pues deben invertir y no hay certeza de conseguir trabajo luego.

No hay una visión estratégica de lo que debería ser la educación en la localidad. No hay estudios que indiquen en qué temas enfocar la educación superior en Suba.

​Por otra parte, la conversación de los diferentes actores frente a la educación superior se enfrasca bien en la falta de la presencia de la universidad pública en la localidad o en la falta de recursos de las familias para pagar una universidad privada.

​Cuando se habla de la necesidad de tener presencia de la universidad pública en la localidad, se menciona la gestión que se viene haciendo frente a la Universidad Distrital y la posibilidad de tener la oferta educativa de la Universidad en la localidad. Allí se menciona que el propósito es habilitar las carreras de ingeniería.

Frente a esta gestión, por demás valiosa, quedan algunas inquietudes:

​Diferentes fuentes afirman que el talento de los jóvenes de la localidad está orientado hacia temas culturales y artísticos.

Además mencionan que algunos de los intereses de los jóvenes giran en torno a otros temas, tales como el cuidado de la naturaleza.

Adicionalmente, se sabe que las carreras de ingeniería no son de alta acogida por las mujeres, por lo que habría la posibilidad de generar una brecha de género en el acceso a la oferta de educación superior.

De igual forma, se ha identificado en esta misma investigación que un nuevo potencial de desarrollo económico de la localidad gira en torno al turismo de naturaleza, a los temas gastronómicos y culturales.

​Con base en lo anterior, pareciera que la llegada de la U. Distrital no sería la solución definitiva. Con esto no se quiere decir que no es pertinente la oferta de la U. Distrital, sino que la solución no se agota allí.

SOBRE LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA

La llegada de la pandemia puso en jaque la educación en el país entero y Suba no fue la excepción. Veníamos haciéndole el quite al uso de las tecnologías digitales como una herramienta y sólo la contemplamos como una asignatura de estudio.

​Se hizo evidente que se requerían métodos, dispositivos, conexión a internet en las casas y habilidades para usar las tecnologías digitales.

​No obstante no solamente nos dimos cuenta que la educación debía soportarse en tecnologías digitales y que para ello, toda la comunidad educativa debía estar preparada (alumnos, maestros, colegios, padres de familia y administración pública), sino también nos dimos cuenta que había que preparar a nuestros estudiantes en habilidades socio-emocionales, así como a los maestros para que pudiesen fortalecerlas.

​Finalmente reconocimos que tenemos una educación del S. IXX y que requerimos una para el siglo XXI.

​​Los diferentes actores han visto que tanto el deporte como las artes son grandes damnificadas. Se reconoce su valor pero se siente una deuda a nivel educativo.

​​Los actores estratégicos de la educación en la localidad ven la pandemia como una oportunidad para innovar, pero se reconoce que los maestros no tienen el «oxígeno» para hacerlo, que necesitarán ayuda con este proceso.

​Si bien aún son pocos los que lo menciona, algunos de los actores entrevistados ven el uso de las mecánicas de juego (ludificación) como un enganche para los jóvenes.

​Adicionalmente, se reconoce que la pandemia acercó a un gran porcentaje de los padres a la educación de sus hijos, o al menos reconocieron el valor del trabajo desarrollado por los maestros. De esta forma se ve como indispensable pensar en la educación atada al contexto local e incluso al familiar.

​Las metodologías de enseñanza aunque evolucionaron, aún no dan cuenta del potencial de la virtualidad y aún hay un déficit de infraestructura para acceder a internet por parte de las familias y sus hijos.

​Se ve necesario un proceso de co-crear la nueva educación de la mano con las familias.

​SOBRE LA RIQUEZA DEL ECOSISTEMA DE EDUCACIÓN EN SUBA

​Finalmente, la educación en Suba está conformada por una diversidad de actores y experiencias, y si bien la cantidad de colegios privados (desde los más influyentes, hasta los más humildes) es reflejo de esa diversidad, así como los mega colegios públicos y los que aún tienen déficit en su infraestructura; son las experiencias, personas e iniciativas menos evidentes las que le dan la riqueza a la educación en la localidad.

​En la localidad podemos encontrar uno de los 50 mejores profesores del mundo; podemos encontrar experiencias de inclusión para población sorda; y podemos encontrar el uso de las artes marciales como estrategia de manejo de jóvenes difíciles.

​Aquí se encuentra el primer colegio filarmónico de Bogotá, así como la iniciativa del Cabildo Muisca para tener una educación enfocada en sus tradiciones y conocimiento, así como iniciativas populares que han creado el primer pre-icfes comunitario, y espacios

​Con casos como estos, la educación en Suba debería ser sobresaliente, pero existe el reclamo de que estas experiencias no se replican, no tienen los recursos para el sostenimiento o la resonancia en la administración para iniciar procesos experimentales.​

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